Consejos básicos para iluminación teatral


Este artículo está dirigido a todos quienes necesiten montar espacios teatrales en escuelas, clubes de barrio, teatros municipales o teatro del pueblo, etc.


Este artículo va dirigido a personas o grupos decididos a montar un espacio de teatro, quizás en una escuela, un centro cultural, un club de barrio; en fin, a aficionados o semiprofesionales en la disciplina de la actuación.

 

El escenario de teatro

 

Las posibilidades de iluminación dependerán de sus características, por lo que lo consignamos primero.
El mínimo de superficie del escenario de un teatro clásico y profesional es de alrededor de ocho metros de embocadura, por ocho de profundidad. Nosotros hablaremos aquí en función de un escenario de estas características, por lo que el interesado deberá ajustar lo que aquí se diga, a sus propias posibilidades.
Por supuesto que desde hace años se hace teatro profesional en superficies menores, pero el vanguardismo no debería nunca basarse en falta de recursos. Trataremos sobre posibilidades mínimas de contar con espacio para un elenco medianamente numeroso y una puesta escenográfica, que al menos se la pueda considerar como tal.

 

“Spots” de teatro

 

El “spot” es el artefacto que contiene a la lámpara de iluminación. Sus partes son las siguientes (véase la imagen adjunta):
  1. Lámpara
  2. Caja
  3. Chapa o espejo, donde, reflejada, se duplicará la luz
  4. Lente
  5. Portalámpara (corre sobre una guía, para llevar la lámpara más al fondo o más cerca de la lente)
  6. Enchufe
  7. Oreja o aro (se adosa a la caja con una tuerca “mariposa”, para permitir la movilidad)
  8. Gancho (el “spot” colgará del mismo, o, al ser plano, podrá montarse sobre este, con tornillo y tuerca; algunos modelos presentan una “morsa” o gancho de sujeción)
  9. Porta-acetatos (sostiene los acetatos de colores)
  10. Orejas metálicas (sirven para abrir o concentrar el haz de luz)

En un espacio como el nuestro necesitaremos ocho “spots” para lámparas de 1.000 W y todo lo que se pueda de lámparas de 500 W (veintidós de estos artefactos es un requisito mínimo indispensable, olvidándonos de los efectos). El funcionamiento de los “spots” es completamente mecánico, por lo que no será difícil encontrar en Internet algún artículo que explique cómo fabricarlos de manera artesanal.

 

Funciones de la iluminación teatral

 

Principalmente debemos lograr que se vea lo que hay en escena, y que no se presenten “baches”, sombras, por ejemplo en el rostro de un actor, mientras se desplaza por el escenario; a esto se le considera un defecto del oficio.
La segunda función es la de crear efectos lumínicos, o ambientales, que dependerá de que cubramos la primera necesidad, las posibilidades con que contemos para este menester. La mayoría de los iluminadores se apura en cubrir la superficie de luz, economizando para disponer de mayores recursos para los efectos. Es el primer error en que se incurre, que devuelve una puesta de luces espantosa.

 

Puesta de luces estándar

 

Debemos entender que hay que trabajar la imagen de manera tridimensional, no confiando en el propio volumen de las personas y objetos que aparezcan en escena. Demasiada luz blanca de frente hará parecer la escena un dibujo animado.
Hay que envolver obligatoriamente al actor y a los objetos con la luz. En un escenario como el nuestro, colgaremos nuestros “spots” de barrales de hierros, previamente provistos de toma corrientes con sus respectivos cableados, que llegarán hasta detrás de la sala, hasta detrás de las filas de butacas para el público, donde se hallará la consola de luces.
Los barrales serán uno externo al escenario (para las luces “de frente”) y tres paralelos a este, pero dentro del escenario y fuera de la vista del público, al frente (luces semifrontales), a la mitad (luces cenitales) y al fondo (contraluces); también deberemos contar con dos barrales a los costados del escenario, perpendiculares a los primeros, cuyas luces se llamarán “calles”.
En el barral externo pondremos los ocho “spots” de 1.000 W, distribuidos proporcionalmente, más dos al centro, de 500 W, cuyos haces de luz se concentrarán en la parte de adelante y central del escenario, sus haces lo más abiertos que se pueda. A medida que manejemos los “spots” más hacia afuera los extremos en el barral, de a pares, iremos ganando profundidad en el escenario.
También, de a estos pares, debemos cruzar sus haces, lo que nos garantizará que no se produzcan sombras indeseables.

 

Tipos de lentes

 

Para las luces de frente deberíamos abrir los haces lo más que se pueda, pero esto también depende del tipo de lente que se utilice; es así en el caso de planos convexos (con forma de lupa), que por naturaleza concentran el haz.
Pero existe otro tipo de lente, muy útil en este caso, porque nos permite economizar luz, llamado “fresnel” y que se presenta como un vidrio plano y con círculos concéntricos grabados, que cumplen la función de “difuminar” la luz; a veces se vuelven un tanto ingobernables, pero quizás puedan servirnos para reducir la cantidad de planos convexos, que pueden ser reutilizados dentro del escenario. Jamás usen lentes “fresnel” dentro del escenario, a menos que deseen arruinar la puesta.

 

Luces internas del escenario

 

Usaremos cinco semifrontales, cinco cenitales, tres contraluces y tres calles de cada lado, recuerden que todo esto con lámparas de 500 W.

 

Consola de iluminación

 

Visualmente se parecen a las mesas mezcladoras de sonidos, provistas de canales con switchers (controles deslizables); lo ideal sería contar con tantos de estos controles como “spots” se dispongan, para manejarlos de manera independiente, pero si no se tienen tantos, se los puede agrupar de dos o de a tres, en cada canal, cuidando que la distribución de la carga sea pareja en todo el equipo, si no, las luces “parpadearán” en el escenario.
En la actualidad quizás podrán comprar viejos equipos profesionales a buen precio, pero necesitarán una fuente de alimentación trifásica para usarlos.
Quien tenga conocimiento de electrónica, tal vez en Internet consigan planos de diseño de modelos más modernos, con transformadores de corriente y refrigerantes.

 

Los efectos

 

No nos quedó espacio para hablar de esto. Es lo que hará al iluminador sentirse un artista, así que, ¡la imaginación al poder!.

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